La gran asignatura pendiente del fútbol, la homosexualidad

Si existe un tema que pueda ser considerado tabú y del que se huya más en el mundo del fútbol, ese es sin duda la homosexualidad. Este deporte es, a día de hoy, uno de los bastiones más fuertes del machismo, y aunque en Europa se han empezado a dar pequeños pasos para cambiar la situación de los gays en los vestuarios, lo peor de todo es que es España no parece que esto pueda cambiar en un futuro próximo.

La invisibilidad de los homosexuales en el fútbol español

¿Cómo es posible que en los más de 100 años de historia que tiene el fútbol en España no haya salido a la luz ningún jugador que haya reconocido abiertamente su homosexualidad?

Cabe la posibilidad, minúscula, pero puede ser, que en realidad ningún gay haya decidido practicar fútbol de manera profesional. Pero la realidad parece distar mucho de esa pequeña probabilidad. En un mundo donde insultos como «maricón» están todavía a la orden del día, sería impensable declarar la verdadera orientación sexual de un jugador sabiendo no sólo como te va a tratar y vejar la afición del equipo contrario, sino también buena parte de la suya, además de las reacciones de sus compañeros y allegados del club.

Rechazo del vestuario, de los propios compañeros. De dónde puede provenir ese miedo tan repentino parece inexplicable. ¿Temor al cambiarse delante de él, a ducharse en las mismas duchas? Si es la misma persona que conocían antes, no un depravado que va a aprovechar la primera oportunidad para violarles. Pensamientos tan extremos como este se quedan cortos con lo que realmente pasará por las mentes de muchos futbolistas al escuchar el tema de la homosexualidad.

Suponiendo la posible respuesta del mundo del fútbol a una declaración de homosexualidad en él, se imposible que aparezca un gay en la Liga española, imposible.

Y es que el fútbol es un deporte para verdaderos hombres, los que le echan «un par de cojones». Nada de «mariquitas» que se quedan a medio salir del área o a por un rechace. Todo con tal de herir al jugador y de desestabilizarle psicológicamente.

Y, de verdad, que lo malo es que dicen todas estas barbaridades como si de algo normal se tratase. Saben perfectamente que ese jugador está casado y/o tiene hijos. Entonces, ¿qué le dirían y a qué nivel de acoso someterían a un futbolista que declarase su homosexualidad?

En España no se sabe, pero se puede llegar a una conclusión fácil de que su vida, en general, sería un calvario. Pero es que en Europa la situación no mejora mucho más, y si alguna vez algún jugador ha declarado ser gay ha sido después de retirarse o en sus memorias.

Uno de los últimos casos que se han dado en Europa ha sido el del ex-internacional alemán Thomas Hitzlsperger. Y también el más importante  por el alto nivel de competición que ha jugado y por los clubes en los que ha estado, como el Aston Villa, West Ham United y Everton (Inglaterra), Stuttgart y Wolfsburg (Alemania), o Lazio (Italia), todos ellos clubes de primer nivel.

«Aún se debe crear un ambiente seguro para que los jugadores puedan expresar libremente su opción sexual. Creo que si un jugador está en activo y declara abiertamente su homosexualidad lo tendrá difícil».

También vale la pena lo que le ocurrió al portero de la selección alemana, Manuel Neuer, que salió a animar abiertamente a los futbolistas a salir del armario y acabó siendo considerado homosexual por parte de la opinión pública. Tergiversaron sus palabras y, aunque está totalmente claro que no es delito serlo, se vuelve al tema de llamarlo homosexual por el simple hecho de hacerle daño, y no porque se tenga ninguna prueba o testimonio suyo.

Por último, merece la pena resaltar los intentos de algunos colectivos y partidos por implantar políticas LGTB del fútbol en nuestro país. Es el caso de Izquierda Unida, que presentó en el Congreso de los diputados un documento parecido al de la Bundesliga alemana para hacer frente a la visibilidad de los deportistas gays y conseguir el compromiso de los clubes a respetar la posible homosexualidad de sus futbolistas. Pero fue rechazada por el PP, que cree suficiente la legislación para protegerles.

La gran asignatura pendiente del fútbol, la homosexualidad

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