«Queremos que se cree una comunidad que sea el germen de algo grande.»

La Fundación Siglo 22, cuyo proyecto sobre creación e igualdad, Generocional, ya presentamos en este medio, ha recibido recientemente un reconocimiento por su trabajo coordinando un proyecto Erasmus financiado por la Unión Europea, en el que colaboran universidades de Turquía, Hungría, Inglaterra y España. Nosotros hemos podido entrevistar a Gema de Pablo González, su cofundadora junto a Mariano Sanza Prieto.

Gema de Pablo González vive en Madrid y es licenciada en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid. Especialista en metodología del aprendizaje, además de haber impartido cursos de formación para profesorado, ha realizado colaboraciones en elaboración de artículos y materiales formativos.

– ¿De dónde surgió la Fundación Siglo22?

– Fundamos Jaitek hace casi 16 años para proyectos de formación e innovación, sobre todo en educación y 2010 nos encontramos con la necesidad de crear la Fundación para generar proyectos de impacto social y educativo en diferentes ámbitos.

– ¿En qué ámbitos os centráis, cuáles son vuestros principales proyectos?

– Nuestro foco principal es la educación, pero siempre a través de las tecnologías, la innovación y todo lo que tiene que ver con las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación), Internet y la web 2.0. A partir de ahí tenemos varias patas de trabajo. La más vieja es la que está relacionada con los centros educativos. Tenemos un proyecto, Edu22, cuyo objetivo es la creación de una red de centros educativos por la innovación y el cambio. No nos referimos solo a aparatos o a tecnología en sí, sino a un cambio de metodologías por parte de los profesores, un cambio el modo de enseñar que, muchas veces, viene demandado por el hecho de introducir una herramienta tecnológica.

– ¿Cómo reaccionan los centros ante ese tipo de ideas?

– Regular. La formación la aceptan muy bien, en general, y hemos hecho bastante formación en centros educativos sobre metodologías activas, sobre integración de la tecnología… Pero el salto para pertenecer a una red donde se profundizaría más y se por la que se acabarían cambiando muchas estructuras en los centros, no es tan fácil. Ahí realmente nos está costando un poco más. Entonces, ahí es de donde viene la pata de los proyectos europeos en que estamos metidos, proyectos financiados por la UE.

– ¿En qué consisten estos proyectos?

– Nos metimos en Erasmus, que cuenta con distintos tipos, no sólo los de movilidad, sino también de innovación e investigación.

El proyecto por el que hemos recibido reconocimiento se llama Revetax y es un repositorio de recursos educativos organizados mediante una taxonomía, un vocabulario concreto para búsquedas eficaces. Todos los países socios vuelcan recursos que van encontrando en Internet, y están clasificados: si es una actividad, una secuencia didáctica, si es una herramienta web, a qué público va dirigido, si es libre o no… La novedad del proyecto es que cualquier participante puede introducir recursos educativos, aparte de beneficiarse de ellos.

– ¿Cuándo empezasteis a hacer actividades distintas, de corte más social o enfocadas a la igualdad de género, como Generocional?

– En el año 2012 me tropecé en la red con el sitio Mujeres con Habitación Propia, que creó Trinidad Moreno. Consistía en un espacio web individual, pensado como una casa victoriana. Me gustó tanto el trabajo altruista de esta mujer, que me ofrecí a colaborar con ella.

Hablando un día las dos sobre lo que nos preocupa en relación a género e igualdad, vimos que en los jóvenes está habiendo un repunte hacia el alza de desigualdad, de machismo y de violencia de cualquier tipo.

Yo, que soy psicóloga de formación, siempre me voy a mi forma de pensar, y lo atribuyo sobre todo al ámbito social y a las familias, a los profesores y a los centros educativos y, en definitiva, que era a la educación gran parte del problema. No hemos sabido educar. No solamente la sociedad, sino también las familias.

Hablando sobre eso, se nos ocurrió montar un concurso, un certamen para jóvenes que no fuera la denuncia social de que existe mucha desigualdad, eso ya lo sabemos. Queremos generar masa crítica, queremos a gente que piense y que cree, sobre todo que cree. Es como se nos ocurrió la idea: Mira tu entorno, descubre lo que no está bien, crea algo que lo corrija y compártelo en una red. Así fue como nació.

– ¿Por qué os decidisteis por ese formato?

– El objetivo de Generocional no es ser sólo un concurso. El concurso es la excusa para captar que quiera apuntarse al proyecto. Yo lo tengo visualizado como una especie de observatorio sobre igualdad de género.

El objetivo es que, a través del certamen, en que se crearán producciones, esos recursos estén siempre disponibles, para ser utilizados –siempre citando a sus autores, claro–  en instituciones educativas o en proyectos relacionados con igualdad. Lo que queremos, por un lado, es crear un repositorio de recursos hecho por la gente joven y, por otro, que esa red sea el observatorio, el vigía de la desigualdad que hay en nuestra sociedad.

– ¿Tenéis otros proyectos sobre igualdad en marcha?

– Estamos ya participando en shopfunding con Viva la Woolf, una tienda donde las creativas son todas mujeres. La fundación recauda un 5% de todas las ventas que se hacen en esa web para invertirlo en microcréditos sin intereses a mujeres que necesiten con su empresa. La idea es empoderar a esas mujeres para que puedan seguir avanzando en su carrera creativa, porque no tienen tanta facilidad como puede tenerla el colectivo masculino. Para Mujeres con Habitación Propia  damos algo de soporte en temas tecnológicos.

– ¿Por qué crees que este tipo de iniciativas al final no siempre se dan a conocer?

– Porque nos queda mucho recorrido. Hoy en día, yo, que me considero una mujer madura, todavía hay entornos donde no me animo a hablar de feminismo ni de igualdad porque no me siento escuchada y no creo que genere ningún impacto. Y muchas veces, esos colectivos están integrados por mujeres, no por hombres, que es lo que más me llama la atención. ¿Qué es lo que han hecho con nosotras para que sintamos que pertenecemos a una categoría diferente? En el fondo, pertenecemos a la categoría de “mujeres”.

 Y no existe una reflexión profunda como sociedad para ser críticos y pensar que socialmente estamos perpetuando los roles de género que vienen de nuestros ancestros. No es algo que se sostenga en el mundo actual ni en lo que hace la mujer, que hace miles de cosas, pero tiene que seguir haciendo las de antes. De una mujer se espera que sea muy bonita, muy simpática, que sea muy dócil, se espera de ella que encuentre un buen marido, y, si no, pareja, y se espera que tenga hijos. Y si una mujer dice que no quiere tener hijos, es una rara.

Eso, que está metido a fondo en nuestra sociedad, hace que cuando se llega con proyectos que persiguen la reflexión conjunta de una parte de la sociedad, de los jóvenes, que son los que avanzarán en el futuro, la gente cree que hay gato encerrado.

Hace no mucho, tuve una conversación en el colegio donde trabajo de orientadora. No sé cómo, le tuve que explicar a un chico que es bastante más joven que yo, que feminismo y machismo no son lo mismo. Dentro de un colegio. Eso es muy grave para mí.

– ¿Cómo llevas el que a los profesores no se les enseñe, o que muchas veces no consideren la igualdad de género algo importante?

– Lo llevo fatal. Los colegios tienen su código, su comportamiento. Y dan por válidas muchas de las cosas que leen, aunque sólo lean titulares. Creo que lo que pasa fundamentalmente en este país es que el Estado mantiene a la gente en lo superficial, sin llegar a profundizar en lo que realmente nos sucede. Pasa en género y en muchísimas cosas. En educación pasa.

Me parece lamentable que exista la formación que existe cuando se invierte, supuestamente, muchísimo esfuerzo en la formación. Yo, que me he dedicado a la formación, me doy cuenta de que en realidad es mentira, que no se ha invertido adecuadamente en formación. Lo que se ha hecho es dar cursos, pero no se ha generado ninguna masa crítica, alguien que realmente acabe desarrollando una profesión como lo es la de ser educador. Nos quedamos en la superficie. Y la superficie ahora mismo es que los centros tienen que ser bilingües, que no lo son, y tienen que usar TICs, lo que resumen en poner una pizarra electrónica, pero siguen exactamente igual que en el s. XIX.

– ¿Cómo crees que se debe hacer para pasar de esa superficie e integrar, no sólo la igualdad de género, sino también el uso de TICs en las aulas?

– Lo más importante para mí es crear un pacto de Estado por la Educación donde se cree un perfil del docente. En una profesión como la de médico nadie se plantea que se rechace la innovación, el avance, eso pasa en educación porque no existe una formación  que esté consensuada y lo suficientemente pensada para ver las necesidades de un país para formarse en el momento actual.

Nos entretenemos en leyes de educación que no abordan el problema, porque, ¿de qué se habla? ¿Educación para la Ciudadanía sí o no? Ley tras ley presentamos lo mismo, si no peor. La LOGSE, por ejemplo, fue una ley muy interesante y tenía un pensamiento detrás de ciclos madurativos, de recursos que había que tener disponibles. El primer problema que nos encontramos es que esa ley se asocia a un partido político  y, cuando viene el otro, la retira. El segundo, es que no se destinan recursos ni económicos ni humanos para llevarla a cabo. Nos quedamos en el enunciado teórico de algo que era realmente interesante pero que, para llevarlo a cabo generó desagrados por parte de la comunidad educativa, por la ideología. La educación está también muy ideologizada y eso no tiene sentido. No cabe en la cabeza de nadie.

– ¿Buscáis cambiar esto desde Fundación Siglo22?

– Queremos que se cree una Comunidad, aunque sea pequeña, pero que sea el germen de algo grande. Y que sea al revés, que no nos den desde arriba cómo debe ser la educación, no, vamos a generar ruido desde abajo, para que se vea que realmente hay una demanda. Y es la única manera de hacer las cosas ahora, que se vean contra la pared y se den cuenta de que tienen que hacer algo.

«Queremos que se cree una comunidad que sea el germen de algo grande.»

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