Machismo

¿QUÉ ES EL MACHISMO?

Si la pasada semana comenzábamos nuestro glosario con la palabra “feminismo”, no podía faltar en esta ocasión el machismo. El machismo no es el antónimo de feminismo, al menos no como tal. Lo que defiende la doctrina machista es la preponderancia de los hombres sobre las mujeres.

El machismo es algo muy arraigado en nuestra sociedad, aunque cada vez más hombres y mujeres somos conscientes de estos comportamientos e intentamos corregirlos. Muchos de estos influidos por la religión: la Biblia, por ejemplo, habla de que Dios creó a Eva a partir de una costilla de Adán, estableciendo su sumisión al otro.

Por tanto, engloba todo tipo de actitudes y de conductas sociales que niegan la igualdad de la mujer con respecto al hombre y que la sitúan en un lugar secundario. La cultura dominante, heteropatriarcal, es uno de los “instrumentos” que favorecen dicha desigualdad en cualquier ámbito: ya sea dentro de la familia, el empleo (las mujeres tendrían que trabajar 58 días más al año para ganar lo mismo que los hombres) o incluso dentro de la política (con menor representación en Parlamentos o puestos de responsabilidad). Algunas de las justificaciones que se dan a esta actitud son las evidentes diferencias físicas existentes entre hombres y mujeres, por ejemplo.

Pero no solo las mujeres se ven afectadas por estos comportamientos. La homofobia o la discriminación hacia los hombres homosexuales también pueden ser considerados como machismo.

Además, el machismo no está reñido con una cuestión de sexos: se puede ser machista y mujer. O ser hombre, considerarse feminista y llevar a cabo comportamientos machistas. Es algo tan arraigado que muchas veces lo hacemos sin darnos cuenta.